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Municipios de la Comarca Campo de Belchite

Almochuel constituye un buen ejemplo de urbanismo del siglo XVIII, manteniendo una singular estructura urbana de 1788. Esta pequeña,
luminosa y tranquila localidad se asienta en un llano a orillas del río
Aguasvivas.

El pueblo se halla en la ladera de un cerro, a orillas del Aguasvivas (antiguamente llamado rio Almonacid), rodeado de cabezos bastante elevados. Desde la presa se puede contemplar una pintoresca vista de la localidad.
Azuara es una villa regada de culturas, donde sus tierras y sus calles huelen a historia, aquella que nos dejaron celtíberos, romanos, árabes y cristianos. Esta localidad es una muestra de arquitectura aragonesa, casas palacio, galerías aragonesas y callejones, por las que podemos disfrutar de una rica variedad histórica.
Tierra de estepas y olivos.
Junto a un singular paisaje estepario podemos contemplar el olivar más extenso de Aragón.
La actual capital de la Comarca se levantó a mediados del siglo XX, en una suave ladera y con un urbanismo que respondía al gusto de la época. Sus calles son anchas y rectas, con amplias plazas como la de España, donde se encuentra el Ayuntamiento y la iglesia. Tiene casas de tipología popular aragonesa, un amplio parque con juegos infantiles y estanque con patos, donde los niños pueden disfrutar.
La huella de los visigodos.
En el término se hallaron unas interesantes tumbas.
El nombre de la localidad viene de «godo». El pueblo se sitúa concéntricamente al pie de un cerro que está coronado por las ruinas de un castillo medieval. Durante la Edad Media, estuvo poblada por moriscos y en 1588 sufrió el asalto de bandas de montañeses que hicieron huir a sus pobladores. Perteneció al Monasterio de Rueda. Cuenta con varios edificios de interés como la iglesia parroquial de San Bernardo (s. XVIII). A la entrada del pueblo, el conjunto de la fuente y balsa del lugar forman un pintoresco rincón.
Cuna de un artista universal
La localidad vio nacer al genial Francisco de Goya y Lucientes.
El pueblo se encuentra situado en una suave ladera. Cuenta con dos barrios: el Alto, en torno a la plaza de Aragón, con edificios nobles de los siglos XVII y XVIII, y el Bajo, en torno a las calles Alfóndiga y Zuloaga. Desde la carretera hay una interesante panorámica de la población.
Perteneció al Conde de Fuentes. Tuvo un castillo del siglo XIII del que quedan restos significativos. El nombre le viene de la Fuente Vieja (s. XIV), la «fuente de todos». En 1746 nació aquí Francisco de Goya, artista universal.
Las tierras de un poderos monasterio
Desde el siglo XII se estableció aquí un monasterio con grandes posesiones en la comarca.
La localidad se encuentra en terreno llano, a orillas del Aguasvivas. Es lugar rico en historia donde se han encontrado tumbas visigodas. Desde el siglo VIII estuvo habitada por musulmanes de la tribu Luwata, que le dieron el nombre, y en el siglo XII se construyó un monasterio, alrededor del cual se desarrolló el actual caserío.
Piedras calizas y jaspes.
Desde hace siglos, de sus canteras sale una apreciada y bella piedra para construcción y escultura.
La localidad se asienta sobre un pequeño cerro, al pie del Cabezo de los Agujeros. Surge en el s. XIV siendo señorío del Monasterio de Rueda y posteriormente del Conde de Luna. Aquí nació en 1693 Juan Antonio Artigas, abuelo de José Gervasio Artigas, fundador de la República Oriental del Uruguay. Durante la guerra de 1936, la línea frente pasaba muy cerca y sufriò bastantes daños.
De sus edificios resaltamos la ermita de Nuestra Señora del Rosario (ss. XVII y XVIII); la fachada de la antigua iglesia de San Sebastián (s. XVI) y la iglesia parroquial de la Asunción, reconstruida en 1939.

El vino de las estepas

La localidad produce unos excelentes vinos tintos.
Lécera se encuentra situada en la gran llanura esteparia, rodeada de viñedos y cereales, sobresaliendo entre sus casas el airoso campanario barroco de la iglesia parroquial.
En las cercanías quedan restos arqueológicos de la antigua ciudad de Lassira. El lugar estuvo amurallado, con puertas de entrada y un poderoso castillo. Perteneció a los Duques de Híjar.
Señorío de la familia Palafox
Durante siglos fue propiedad de los poderosos Marqueses de Lazán,donde queda uno de sus palacios.
Letux se asienta en una hermosa llanura junto a la confluencia de los ríos Aguasvivas y Cámaras. Es un lugar de rica historia, con restos arqueológicos de la población celtíbera de Bernama, en la Dehesa de Valdepuerco. Posteriormente, estuvo habitada exclusivamente por moriscos hasta su expulsión en 1610, que dejaron su huella en la antigua morería, con callejones sin salida y casas de la época en la calle la Muela, Frontón, Tradiciones y, sobre todo, en la hermosa calle Carretería.
Pasear por sus calles nos depara continuas y gratas sorpresas, pues encontramos varios conjuntos encantadores, como un gran edificio al final de la calle Santiago Minguez, o los números 23 y 25 de esta calle, del siglo XVIII, claro ejemplo de viviendas del Barrio Nuevo.
El gran pantano de la comarca
El Aguasvivas se embalsa creando un hermoso y singular paraje.
El caserío se extiende por la ladera de un cerro próximo al Aguasvivas, que discurre aquí bastante encajonado. El lugar perteneció a los Marqueses de Lazán y Cañizar. Las reminiscencias del pasado se perciben en sus calles estrechas y retorcidas, que se deslizan por la pendiente en la que se asienta este municipio. Vigilante, la iglesia parroquial de Santa Eulalia se sitúa en la parte más alta.
Una singular ermita del siglo XVIIII
La ermita de san Clemente es uno de los más bellos y espectaculares edificios barrocos de Aragón.
El pueblo ocupa una hondonada flanqueada por dos cerros a orillas del río Moyuela. Sobre uno de estos se sitúa el castillo ermita de San Jorge y, sobre el otro, las ermitas de Santa María y San Clemente, muy próximas entre sí. En el entorno hay numerosas bodegas excavadas.
La localidad más alta de la comarca
A 810 metros de altura, su paisaje y su clima se asemejan a los pueblos de la vecina sierra.
El pueblo es largo y estrecho. Paseando por sus calles podemos ver interesantes y pintorescos rincones, así como bellas muestras de arquitectura popular en adobe, tapial y mampostería. En la plaza Manuela Sancho y sus cercanías encontramos el curioso conjunto de fuente, abrevaderos y lavadero.
Un rincón para el arte contemporáneo
En la localidad hay un museo dedicado a Antonio Fortún, conocido pintor nacido en la localidad en 1945.
El pueblo se asienta en una suave ladera junto al río. La localidad perteneció al Monasterio de Rueda.
Entre sus edificios más interesantes destacan la esbelta torre barroca de la primitiva y arruinada iglesia de San Pedro; el antiguo molino del siglo XIII, muy reformado, y la actual iglesia parroquial de San Pedro, del siglo XVII.
Un gran pinar junto a la estepa
Entre el blanquecino y seco paisaje estepario resalta la mancha verde oscura de este pinar.
La localidad se asienta en la ladera de un pequeño cerro alargado, del que sobresale la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, del siglo XVI. En la parte baja se encuentra el nuevo barrio surgido a lo largo del siglo XX. Paseando por el pueblo podemos encontrar hermosas casas de estilo aragonés, como la situada en la plaza de Santa Bárbara, de espléndida fachada, y otras interesantes, con escudos en la fachada, en la calle de Enmedio y en la Plaza de España. Quedan restos de un antiguo castillo adosado a la iglesia. En varios rincones hay miradores con buenas vistas. En los alrededores quedan algunos peirones y un grupo de curiosos pozos.

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Comarca campo de Belchite

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